Parresía

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Parresía

de Wifly Rodríguez

Quemaduras

“Te has quemado muy pronto

y te esperaban todos aguantando las llamas,

apagando la candela con gargajos;

– dando al pueblo lo que requiere de ti.

Se te ha olvidado lo que has venido a hacer

y has apostado con la ambición del revés

a que sales perdiendo o que ya estás perdido

y te queda tanto camino por desbrozar

que deberías estar afilando el machete”.

No te quito la razón, mi rey

pero hoy tengo un buen día

y los consejos para otros

que se han visto en pocas prácticas

me sudan gotas gordas escrotales.

Buenos días; ahora que me enciendo el pei

que ya han pasado las 10

y desayuno con pócimas espirituosas.

Traigo las marcas de las sábanas en la cara

como cicatrices de los monstruos

que me visitan todas las noches

contaminando con ruido mis voluntades.

He amanecido a una hora prudente

y hoy las gilipolleces me afectan poquito.

He añadido troncos gruesos a la hoguera

para mantener húmedas las lenguas de fuego

para que las ampollas estén bien llenas

cuando llegue la sequía

que auguran los ecos del desierto.

Un buen día en el argot humano

es no hacer ni caso a las señales

que no venga del cielo,

a ninguna sensación más allá del cuerpo,

a echar el cierre al móvil

al sofá desnudo follándome con pasión.

Me habéis quemado entre todos.

Nos habéis quemado a todos

con la condena a fumar con agonía

y a beber whisky en abrevaderos

por orden de los fucking Peaky Blinders.

Me recojo en la cubeta donde los escombros

se amontonan esperando recomponerse.

Dame por perdido y te cantaré en los tonos

que lo hicieron las sirenas

Regálame desprecio y te miraré a las cuencas

vacías que te incriminan

Dame la espalda por costumbre y te clavaré

todos los alfileres de mis uñas

No me veréis mover ni un músculo

cuando os coman las ratas por los pies

cuando se caigan todas las varas del sombrajo

cuando Andalucía deje de respirar aspartamo.

Estoy enganchadito a la calor

al dolor de las quemaduras que no se cuentan por grados

y estoy hasta la polla

del olor que transmite tu presencia fascistoide.

Así que te voy a pedir un favor, mi rey:

búscate cerillas y queroseno

hazte un currículum que encaje

y deja de contarle a los demonios

como coño se vive entre incendios.

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