Es porque me arde más el orgullo
que un buche de tequila.
Es porque me quema más el calor
de un bucle de mañanas.
Es porque me salen más feos versos
cuando buceo en sábanas
mientras la Luna arropa la noche.
No quedan amaneceres,
no quedan ni dioses útiles
ni quedan cascotes viejos
en los escombros de mis putos sueños.
Me he quedado yo solo conmigo,
mano a mano, un ser
capaz de clarear el cielo negro
que siempre llueve sobre mojado.