Los calcetines no tienen pie
Era Dúnlop. Se sentía muy orgulloso de serlo. No porque se sintiese mejor que un Primark, o que un Mercadillo. Simplemente porque era Dúnlop. No se acordaba cuando lo habían cosido. Ni de los pespuntes, ni de cuando le metieron la goma, ya cedida después de tantos años. Pero se acordaba todos los días de … Leer más