Pero no me muevo
Aprecio; cómo se caen los castillos de mi boca, cómo se astillan las promesas en mi cuerpo. Tengo que querer algo. – Lo sé –
Aprecio; cómo se caen los castillos de mi boca, cómo se astillan las promesas en mi cuerpo. Tengo que querer algo. – Lo sé –
El tumulto acojona. Yo sobre mis pies, lo aguardo. Frente al conflicto me sé, me huelo y saboreo. Sobre una cama desnuda de placer y
Me huele el negro a redondo, y mientras me sabe el dulce triángulo a rojo suave tiro de visión por ver el romboide de tu
Un tráfico lento. Un sorbo frío. El no saber qué hacer y astillas del hastío. La cama desangelada. Poemas de amor vacíos. ¿Si sé qué
Si hago una infantil representación conceptual de qué es la creación la tengo que definir como: tal definición que por no ser definida supone representar
¿A qué huele el aliento de las moscas? Al sabor del placer que se quemó. ¿Cómo sueña la mar con rocas toscas? Con el remo
Hicimos del tiempo tal chicle que ninguno supo nunca formular la ecuación de parir un ayer merecedor de ser parásito de la memoria. Me confesó
Si el ayer languidece por ideales de cimientos con corsé, el hoy tiene mis vacaciones disueltas en el olor azufre de tu boca de volcán.
Tengo la madeja llena de hilos, y pocas agujas para enhebrar. Tengo la cara llena de lastre y pocos gestos de amor. Ya no miro