Parresía

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Parresía

de Wifly Rodríguez

Todos los poemas

El discurso de los campeones

La espiral de la autoestima, es un valor irreal como el dinero: vacas gordas al banquero, las flacas para los ruinas. Si vas perdiendo es

Dámelo

Caótico Tánatos

En efecto, mi caos es parecido a la hierba que brota por los prados y rompe con el orden acrecido danzando con los vientos perfumados.

Dámelo

Desayuno a las dos

Me he mentido tantas veces que ya no sé la verdad. De veras me hice caso y perdí la realidad. Ahora nado en un pozo

Dámelo

El consuelo y yo

Es porque me arde más el orgullo que un buche de tequila. Es porque me quema más el calor de un bucle de mañanas. Es

Dámelo

Doctor Liendre

Érase un del revés del cuento del derechismo, la sociedad de paisano y guardias de pelotazos. Caos por enaltecimiento. ¡Sálvame mi Gran Hermano! Que no

Dámelo

El que sabe quién es

¿Quién sabe quién es quién? ¿Sabes? Quien sabe es quien quiso saber que el que sabe quién es supo quién fue quien supo ser sabido.

Dámelo

Colecciones

Metadatos

Necropolítica

Cada vez que escupes esos vocablos desde la profundidad de tu arrogancia y lanzas ideas venéreas al vulgo se me encojen los ojos. Me entra

Dámelo

Vómito, ergo sum

Cómete la profundidad de mis ojos y cuando la vomites intenta recordar el regusto que te deja; porque no vas a encontrar nada tan dulce

Dámelo

Quemaduras

“Te has quemado muy pronto y te esperaban todos aguantando las llamas, apagando la candela con gargajos; – dando al pueblo lo que requiere de

Dámelo

Desayuno a las dos